¿Has presionado “aceptar” sin leer los términos y condiciones? ¿Sabes qué estás aceptando? Probablemente el 90% de quienes lean esto admitan que nunca han leído tales textos. Para ser justos, es difícil culparlos. Dichos –interminables– documentos terminan haciendo todo lo posible para que el usuario promedio nunca los lea. Además de su longitud, están redactados en un oscuro lenguaje técnico legal que hace muy tediosa su lectura. Y si el usuario hace un esfuerzo por leerlo y entenderlo, probablemente, desista rápidamente de cualquier reclamo e igual haga clic en “Aceptar”.
En este texto analizaremos qué son los términos y condiciones y qué estamos permitiendo cuando presionamos “aceptar”.
¿Qué son los términos y condiciones?
Actualmente, cualquier actividad que realizamos en Internet, ya sea una plataforma o aplicación donde iniciemos sesión, nos pide aceptar los famosos términos y condiciones. Es como un guardia en la entrada de un club que nos informa sobre lo que podemos y no podemos hacer, lo que pueden o no hacer con nosotros, y nos indica que de no estamos de acuerdo la puerta es ancha para irnos.
Sin embargo, con el tiempo, ese clic en “aceptar” se ha vuelto cada vez más importante. Muchos problemas de privacidad de datos y grandes conflictos se han originado en ese simple “clic”.
Los términos y condiciones son un contrato entre la empresa que los elabora y el cliente y/o usuario. A través de ellos se informan cuáles serán los derechos y obligaciones de cada una de las partes involucradas. Además, se incluyen otros temas como reglas de privacidad de datos y transparencia en el uso de ellos.
¿Por qué leer los términos y condiciones?
Puede tomar un tiempo, lo sabemos. Pero no leernos puede tener consecuencias. Y como dice el dicho, es mejor prevenir que lamentar. A continuación, revisa tres razones de porqué leer los términos y condiciones antes de presionar “aceptar”.
1. No leer los términos y condiciones puede afectar tu privacidad
Todo lo que hacemos en la web queda registrado en alguna parte. Desde el movimiento del mouse, los links sobre los que haces click, hasta las palabras que escribes y no envías en un formulario, todas son susceptibles de ser almacenadas por el controlador del sitio web que visitas.
Los términos y condiciones de los sitios web suelen informarte sobre estos usos, y en algunos casos, como los sitios regidos por el Reglamento General Europeo sobre Datos Personales (GDPR), puedes configurar y delimitar qué datos estás dispuesto a compartir. Pero pocas veces las personas leen que tienen estas opciones. Casi de un modo colectivo, hemos decidido, conscientemente, que nuestro tiempo vale más que la privacidad.
De a poco han salido a la luz aplicaciones que contienen cláusulas preocupantes sobre privacidad en sus términos y condiciones. Por ejemplo, la aplicación de mensajería instantánea más usada del mundo, WhatsApp, se vio enfrentada a una fuerte polémica. Luego de que intentara imponer un cambio en sus políticas de privacidad anunciando que compartiría datos con Facebook. En caso de no aceptar, entonces Whatsapp lentamente dejaría de funcionar. Esto motivó un éxodo masivo a alternativas como Telegram o Signal.
2. Puedes obtener más información sobre una empresa
Los términos y condiciones pueden ser bastante útiles para saber más acerca del prestador del servicio. Gracias a ellos puedes aprender y obtener más información sobre la empresa con la que estás tratando.
Leyendo estas páginas puedes descubrir, por ejemplo, cómo procesan las quejas o cómo gestionan los problemas que puedan tener con los usuarios. Leer detenidamente los términos y condiciones de la empresa puede darte una idea de cómo será tu experiencia de usuario con dicho negocio.
3. Para estar al tanto de los acuerdos que estás contrayendo
Leer los términos y condiciones te permitirá saber en qué te estás metiendo. No solo aprenderás de la empresa y te enterarás de cómo manejan los datos privados, también sabrás de inmediato qué funciones tiene el servicio o que tareas incluye. En esa línea, por ejemplo si contratas una póliza de seguro, leyendo sus términos y condiciones te enterarás de inmediato qué vínculo realizan entre la publicidad sobre el seguro y la cobertura que realmente ofrecen.
Muchas veces puede ocurrir que los propios términos y condiciones contengan cláusulas abusivas, o derechamente ilegales, todas en contra del usuario o consumidor y que podrían ser desafiadas judicialmente. En Chile, las cláusulas abusivas en contratos de adhesión, es decir, contratos donde una parte no tiene ningún poder de negociación plegándose totalmente a lo establecido por la otra, se encuentran limitadas por la Ley de Protección a los Derechos de los Consumidores. Por lo tanto, seas la empresa o el usuario, puede ser que incluso no todo lo escrito puede obligar realmente a las partes.
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El caso de Google
Es precisamente esta situación la que le costó a Google una millonaria multa en 2019. En ese entonces, el gigante de Internet tuvo que pagar 50 millones de euros a la Comisión Nacional de Informática y las Libertades de Francia (CNIL). Esta última sostuvo que la empresa no respetó la obligación de informar sobre el tratamiento de datos personales de manera transparente, inteligible y de fácil acceso.
Según la CNIL, al crear una cuenta de Google en un teléfono Android, Google habría entregado sus Términos y Condiciones en materia de privacidad de forma dispersa y con documentos de difícil lectura.
La comisión, además, sostuvo que las reglas de privacidad no estaban contenidas en el documento principal de Términos y Condiciones, sino que en otros secundarios. Evidentemente eso no ayuda al usuario a prestar un consentimiento informado en los términos que aparecen en el Art. 7 del Reglamento General de Protección de Datos Personales (GDPR), vigente en Europa. La regulación GDPR exige en su Art. 12 un nivel de información efectivo al usuario que vaya más allá de la aceptación de un texto extenso y en letra pequeña.
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¿Por qué tener términos y condiciones claros y de fácil acceso?
La multa a Google resulta un antecedente relevante, dejando en claro que la información de términos y condiciones de difícil lectura y comprensión no bastan para cumplir con el reglamento. En Chile ya existe un proyecto de ley de protección de datos, el que contempla provisiones que exigen la existencia de consentimiento informado. Lo anterior invita a preguntarse si los Términos y Condiciones, que muchas empresas tienen en sus webs, cumplen con el rol de servir para un consentimiento informado.
Si en este momento estás dudando de tus términos y condiciones, te invitamos a contactarte con uno de nuestros abogados de My Local Partner expertos en tecnología y propiedad industrial.
Diego Maldonado Rosas, Abogado y Socio My Local Partner
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